En las últimas décadas, el Diseño ha ampliado su hábito para incluir el diseño de servicios, experiencias, organizaciones y sistemas complejos. En el mismo movimiento, ha dejado de concebirse como una actividad táctica para considerarse ahora como una actividad estratégica para todo tipo de organizaciones.
Así, los diseñadores han pasado a ser colaboradores y expertos en todo un proceso que involucra la definición y el entendimiento del problema, la conceptualización de soluciones y su especificación. Además, el motor de estos movimientos ha sido la capacidad de los diseñadores para conocer a profundidad las necesidades de las personas para las cuales se diseña.
De esta forma, el diseño ahora es universal, estratégico, y centrado en las personas. El design thinking es un paquete de conceptos, métodos y formas de trabajo que hace accesible y democratiza esta nueva forma de actuar del diseño.
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